Hay quienes sienten que para hacer fotos realmente interesantes es necesario contar con muchísimo espacio, pero esto no podría estar más lejos de ser verdad. Esta limitación física me ha ayudado bastante a innovar, a obligarme a ver lo mismo con otros ojos y a buscar la diversidad dentro de algo aparentemente inmutable. Obvio que a todes nos gustaría contar con una casona y un espacio exterior inmenso y siempre disponible, pero para la mayoría de les fotógrafes la realidad es muy distinta. Lo más probable es que contemos como mucho con una habitación chica o una pared. Con tales limitaciones, ¿cómo podemos estar renovándonos al fotografiar?
ABANDONAR LA COSTUMBRE DEL ÁNGULO FRONTAL
Tenemos la costumbre de siempre empezar – y casi siempre estar – parados frente al sujeto. Cuando hice danza aprendí a pensar el espacio en tres distintos niveles: abajo, plano medio y arriba. Y desde ahí ocupar el vacío con el movimiento de nuestro cuerpo. Lo mismo le sugiero a ustedes: aprovechen los distintos niveles del espacio, movéte 360° alrededor de la persona, empezá con planos abiertos y andá trabajando hacia planos detalle, de esa manera vas a tener una variedad no sólo de poses, sino también de ángulos.
TENER EN CUENTA LOS CAMBIOS DE LUZ
Aún si hablamos de una pared blanca, la luz nunca será la misma al largo del día. Ella también cambia dependiente de las estaciones, la luz de verano claramente será muy distinta a la luz en el invierno. Descubrí como su intensidad afectará tus fotos, de esta manera vas a saber cuál es el horario ideal para trabajar conceptos específicos.
LA DECORACIÓN COMO PARTE DE LA FOTO
En mi estudio poseo varios objetos personales que me sirven para armar distintas composiciones: muebles, espejo, plantas, etc. Cada uno de estos objetos puede aportar algo en la composición y es posible combinarlos de varias formas. Las telas como fondo para mí son clave cuando trabajo pues me permiten cambiar en segundos la intencionalidad y la luz en mis retratos.
